¿Qué es la presbicia?
La presbicia, también llamada vista cansada, es un trastorno ocular asociado a la edad, que suele aparecer entorno a los 40-45 años de edad y que hace ver mal los objetos próximos.
Los ojos están adaptados para la visión lejana, por lo que cuando se requiere ver cosas que están situadas cerca, como un libro, un documento, un teléfono móvil, una tablet, o cualquier otro objeto cercano, el ojo debe cambiar de foco, realizando lo que se conoce como esfuerzo de acomodación. Este esfuerzo lo realiza el cristalino, que pasada cierta edad se vuelve rígido, por lo que ver a corta distancia se hace más difícil. Esto es lo que conocemos como presbicia.
Causas
A diferencia de otros trastornos de la visión como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía, la presbicia es un problema relacionado con la edad. El cristalino es como una lente natural que gracias a los músculos y ligamentos enfoca las imágenes y que en la juventud es flexible, acomodando la visión ya sea a objetos cercanos o lejanos. Con el paso de los años, se vuelve más rígido y menos elástico y con ello pierde su capacidad de acomodación, haciendo que sea más complicado ver bien de cerca y haciendo la visión borrosa. Este es un proceso que no es repentino. Empieza en la mediana edad y progresivamente va avanzando hasta hacer necesario el uso de gafas o lentillas para ver los objetos cercanos.
Incidencia
Hoy en día se estima que aproximadamente el 80% de los mayores de 45 años y casi el 100% de los mayores de 65 la padecen. Es la principal anomalía visual de los mayores, y debido a que cada vez hay más esperanza de vida, va en aumento.
Síntomas
Los síntomas de la presbicia son conocidos y entre otros incluyen visión borrosa, dolores de cabeza o sentirse cansado al tener que realizar actividades que necesiten visión cercana. Son síntomas progresivos y consisten en una dificultad creciente para ver con nitidez las cosas que tenemos cerca, sobre todo en condiciones de mala iluminación y al finalizar el día. La lectura cada vez es más complicada y se tiende a alejar los textos u objetos para verlos con más claridad. Es lo que se conoce como “síndrome de los brazos largos”.
Estos síntomas son muy similares a los de la hipermetropía, que también hace que los objetos lejanos se vean correctamente y que los cercanos se vean borrosos. La diferencia es que en la presbicia el problema va surgiendo con la edad y en la hipermetropía esto se debe a un error de refacción que se produce por un defecto en la configuración del ojo que suele estar presente desde el nacimiento.
Tratamiento o corrección de la presbicia
El oftalmólogo tras diagnosticar la presbicia durante un examen ocular, determina el grado de la misma y aconseja el método más adecuado en cada caso. La manera más fácil y común de corregir el problema es con unas gafas de lectura, que se usan para las tareas que requieren ver de cerca, como leer, coser, etc. Este tipo de anteojos pueden ser usados aunque se usen lentes de contacto y resulta un método muy sencillo y económico, ya que se pueden adquirir en farmacias y distintos establecimientos por muy precio muy asequible. También se pueden adquirir otro tipo de lentes; los llamados progresivos o los bifocales, que tienen dos puntos de enfoque, uno para ver de lejos y otro, más pequeño, para ver de cerca.
También existen opciones quirúrgicas para el tratamiento de la presbicia. Entre ellas hay un tratamiento quirúrgico que consiste en el uso de lentes intraoculares multifocales que sustituyen al cristalino envejecido. Otra opción es la queratoplasia conductiva, que usa ondas de radio para crear más curvatura en la córnea y mejorar la visión cercana. El problema de esta última técnica es que es temporal.
Los tratamientos con láser son una de las alternativas y son técnicas muy similares a las que se utilizan para las cataratas.